Loro Orejiamarillo/Yellow-eared Parrot/Ognorhynchus icterotis

Foto: Mauricio Ossa

Nombre en español: Loro Orejiamarillo

Nombre en ingles: Yellow-eared Parrot

Nombre científico: Ognorhynchus icterotis

Familia: Psittacidae

Canto: Niels Krabbe

El aratinga orejigualda o loro orejiamarillo (Ognorhynchus icterotis) es una especie de ave psitaciformede la familia de los loros (Psittacidae). Es endémica de los Andes de Colombia, entre los 1.200 y 3.500 m de altitud.2 Está en peligro de extinción. Se encuentra en los bosques andinos húmedos de Colombia, principalmente en los sitios donde crece la palma de cera, que le brinda refugio, nidos y frutos para alimentarse.

Foto: Memo Gómez

Descripción

Mide en promedio 42 cm de longitud. Frente, oídos, zona alrededor de los ojos, color amarillo intenso. Corona, nuca, dorso y cara superior de las alas y cola, color verde. El pecho y el vientre color amarillo.3

Hábitat

Esta es un ave típica del bosque nuboso, y casi siempre se encuentra asociada con palmas de cera (Ceroxylon quindiuense) en los pisos térmicos templado y frío, entre los 1200 y 3400 m de altitud, siendo más frecuente entre los 2000 y 3000 m. Es una especie que habita las selvas nubladas, subandinas y andinas de Colombia y Ecuador; su distribución original comprendía áreas localizadas y dispersas en las tres cordilleras de los Andes colombianos, principalmente en la Cordillera Central.

Conservación

Está amenazada de extinción debido principalmente a la perdida y fragmentación de su hábitat, causada sobre todo por la sustitución de los bosques autóctonos por formaciones vegetales de especies alóctonas. También influye la sobreexplotación de la palma de cera del Quindio (Ceroxylon quindiuense) de la que este loro se alimenta y usa para anidar.

Su situación ha ido mejorando en los últimos años, gracias a los programas de recuperación. Su categoría en la lista roja de la UICN pasó de «En peligro crítico» a «En Peligro».​ La población actual se estima en 1103 individuos maduros, aunque los individuos reproductores son muchos menos: 212.​ La población total estaría en torno a 2600 ejemplares aproximadamente.5

La Universidad Distrital Francisco José de Caldas ha adelantado un proceso de nidos artificiales en los últimos cinco años que ha resultado de gran satisfacción para la preservación de ésta especie.

Foto: Rodrigo Gaviria

Libro Rojo de las Aves de Colombia Vol. I

Ecología

Ognorhynchus icterotis tiene una distribución discontinua en Colombia y es poco frecuente en las zonas que habita. Históricamente se distribuía a lo largo de los Andes colombia-nos y en el norte de Ecuador (Chapman 1917; Hilty y Brown 1986; Collar et ál. 1992; Krabbe y Sornoza-Molina 1996). En la década pa-sada se encontraron tres poblaciones que han sido objeto de iniciativas de conservación de la especie: cordillera Occidental entre Jardín (Antioquia) y Riosucio (Caldas) (Toro y Flo-res 2001), cordillera Central en Roncesvalles (Tolima) (López-Lanús et ál. 1999; Salaman et ál. 1999), cordillera Oriental en San Luis de Cubarral (Meta) (Murcia-Nova et ál. 2009) y una cuarta localidad en el norte de la cordillera Central en Antioquia que aparentemente ha sido pasada por alto en procesos de conservación (Colorado et ál. 2006). Más recien-temente se han registrado avistamientos de la especie en varias localidades en la vertiente oriental de la cordillera Oriental en los Farallones de Medina, Guayabetal y Gachalá (Cundinamarca, O. Cortés y A. Roa y com. pers.) y en la cordillera Occidental en Apía (Risaralda) y Carmen de Atrato (O. Cortés com. pers.). Adicionalmente hay reportes de la especie sin confirmar en el PNN Cocuy y el PNN Serranía de La Macarena (O. Cortés com. pers.). Existen registros históricos en distintos lugares de las tres cordilleras en Norte de Santander, Antioquia, Caldas, Cundinamarca, Risaralda, Quindío, Tolima, Huila, Cauca y Nariño.
El Loro Orejiamarillo se distribuye principalmente entre 1600 y 3000 m pero puede llegar hasta 1200 o 3400 m en búsqueda de recursos alimenticios (Hilty y Brown 1986; López-Lanús y Salaman 2002; Murcia-Nova et ál. 2009). Habita en bosque húmedo premontano, muy húmedo premontano, húmedo montano bajo y húmedo montano (Rodríguez-Mahecha y Hernández-Camacho 2002; Salaman et ál. 2006a; Salaman et ál. 2006b) y usa bosques maduros, bosques secundarios y áreas abiertas con árboles aislados o ubicados entre cultivos (Hilty y Brown 1986; Collar et ál. 1992; Arango 2004; Salaman et ál. 2006a; Flores 2006). También habita zonas de bosques fragmentados donde hay palmas de cera (Ceroxylon quindiuense y C. alpinum) y palma choapo (Dictyocaryum lamarckianum) (Hilty y Brown 1986; López-Lanús y Sala-man 2002; BirdLife International 2005; Murcia-Nova et ál. 2009; Arenas 2010a). Pese a que algunas de las zonas que habita pueden presentar mucha deforestación (López-Lanús et ál. 1998; Sala-man et  al. 2006b; Flores 2006; Pacheco-Garzón y Losada-Prado 2006; Arenas 2010a), se considera que la especie presenta baja tolerancia a la transformación del paisaje, siendo el deterioro de los lugares de anidación y de forrajeo, unas de las principales causas de su declive poblacional (Snyder et ál. 2000; López-Lanús y Sala-man 2002; Rodríguez-Mahecha y Hernández-Camacho 2002).
Su dieta es amplia e incluye el consumo de frutos maduros de Saurauia cuatrecasana, S. tomen-tosa y S. ursina (Actinidiaceae), Ceroxylon alpinum (Arecaceae), Ochroma sp. (Bombacaceae), Cordia cf. barbata (Boraginaceae), Clusia multiflora y Clusia sp. (Clusiaceae), Sapium spp., S. stila-re y Croton spp. (Euphorbiaceae), Inga sp. y Erythrina edulis (Fa-baceae), Ficus glabratum y F. gi-gantea (Moraceae), Myrcianthes rhopaloides y Psidium cff. arra-yan (Myrtaceae), Podocarpus sp. (Podocarpaceae), Guettarda sp. (Rubiaceae), Zanthoxylum rhoi-folium (Rutaceae), Smilax aspera (Smilacaceae), Turpinia hetero-phylla (Staphyleaceae), Citha-rexylon sp. (Verbenaceae), frutos maduros e inmaduros (endospermo líquido) de Sapium utile (Euphorbiaceae), frutos maduros e inmaduros, mucilago y pulpa de Hyeronima antioquensis (Euphorbiaceae), frutos maduros e inmaduros (endospermo líquido y mucílago) y corteza o trozos de tronco seco podridos de Ceroxylon quindiuense (Arecaceae), frutos maduros e inmaduros, ye-mas y posiblemente la corteza de Croton magdalenensis (Euphor-biaceae) y Citharexylon subflaves-cens (Verbenaceae), frutos e inflorecencias inmaduras de Delastoma roseum (Bignoniaceae), flores de Miconia cf. ochracea (Melastoma-taceae), inflorecencias de Oreo-panax floribundum (Araliaceae), inflorecencias inmaduras, yemas y corteza de Chinchona pubescens (Rubiaceae), corteza y yemas de Cedrela montana (Meliaceae), corteza de Cespedesia macrophy-lla (Ochnaceae) y Meliosma eche-verriana (Sabiaceae), semillas y brotes de Eucalyptus globulus (Myrtaceae), y agua de bromelias aéreas del género Vriesia. De acuerdo a pobladores locales se ha observado el consumo de Dic-tyocaryum lamarckianum (Arecaceae), Weinmannia pubescens (Cunnoniaceae), Quercus humboldtii (Fagaceace), Billea rosea (Hippocastanaceae), Buddleia americana (Loganiaceace), Bunchosia armeniaca (Malpighia-ceae), Myrtus foliosa (Myrtaceae), Podocarpus rospigliosii y P. oleifo-lius (Podocarpaceae), Ruagea glabra (Rubiaceae) y Cecropia sp. (Urticaceae) (Collar et ál. 1992; Krabbe y Sornoza-Molina 1996; Krabbe et ál. 2000; López-Lanús y Salaman 2002; Rodríguez-Mahecha y Hernández-Camacho 2002; Arango 2004; Cortes-Herrera et ál. 2006; Flores 2006; Salaman et ál. 2006a; Urrego 2007; Murcia-Nova et ál. 2009).
Del total de las especies antes mencionadas, Citharexylon subflavescens, Croton magdalenensis, Sapium utile, S. stilare, Hyeronima antioquensis y Ceroxylon quindiuense resultan ser las más importantes en la dieta de Ognorhynchus icterotis y su fructificación puede estar relacionada con los periodos de incubación de huevos y crianza de los po-lluelos (López-Lanús y Salaman 2002; Salaman et al. 2006a; Arenas 2010a).
Ognorhynchus icterotis es monógamo, se reproduce de manera aislada o en colonias y emplea como lugar de anidación cavidades en troncos en pudrición de palmas Ceroxylon quindiuense, C. ventricosum y Dictyocaryum lamarckianum o cavidades en la parte superior de palmas C. quin- diuense vivas (Chapman 1917; Krabbe y Sornoza-Molina 1996; Salaman et ál. 1999; López-Lanús et ál. 1999; López-Lanús y Sala-man 2002; Rodríguez-Mahecha y Hernández-Camacho 2002). La postura de tipo asincrónico consta de 2-3 huevos. El periodo reproductivo dura aproximadamente 136 días y en una po-blación se pueden traslapar hasta tres eventos reproductivos por año (Chapman 1917; Forshaw 1973; Flores 2006; Pacheco-Garzón y Losada-Prado 2006; Arenas 2010a; Arenas 2010b).

Foto: Mauricio Ossa

En la cordillera Occidental los tres eventos reproductivos se registran en diciembre-mayo, marzo-julio, octubre-abril (Arenas 2010a) y en la cordillera central en enero-febrero a junio-julio, marzo-septiembre, noviembre-abril (Pacheco-Garzón y Losada-Prado 2006; H. Sepúlveda com. pers.). La exploración, selección y adecuación de cavidades dura aproximadamente 22 días (Pa-checo-Garzón y Losada-Prado 2006, Arenas 2010a, H. Sepúlveda com. pers.). Las cópulas duran aproximadamente 14 días, alrededor de 16 días antes del inicio de postura y pueden continuar cerca de 17 días después de alcanzar la postura completa (Pacheco-Garzón y Losada-Prado 2006, Arenas 2010a, H. Sepúlveda com. pers.). La postura de tipo asincrónico consta de 2-3 huevos, los cuales son incubados aproximadamente por 26 días (Pacheco-Garzón y Losada-Prado 2006, Arenas 2010a, H. Sepúlveda com. pers.). La crianza comprende aproximadamente 73 días (Arenas 2010a) y se caracteriza por permanencia de la hembra en el nido hasta 15 días después de la eclosión y posible presencia de un individuo ayudante o acompañante (Flores 2006, Pacheco-Garzón y Losa-da-Prado 2006, Arenas 2010a, H. Sepúlveda com. pers. El área usada durante la anidación es menor a 10 km2 (López-Lanús y Salaman 2002). Las estimaciones del área usa- da, incluidas las del forrajeo, suman 6650 ha en el Tolima y 14 791 ha entre los departamentos de Antioquia y Caldas (Flores 2006; Pacheco-Garzón y Losa-da-Prado 2006). Las bandadas mantienen un patrón de movimiento regular en búsqueda de alimento y realizan desplaza-mientos migratorios altitudinales posiblemente relacionados con el periodo reproductivo o la oferta alimenticia (Hilty y Brown 1986; Rodríguez-Mahecha y Hernández-Camacho 2002; Salaman et ál. 2006a).

Población

Se estima alrededor de 1000 individuos en las poblaciones de Roncesvalles (Tolima), Jardín (Antioquia)-Riosucio (Caldas) (Fundación ProAves 2009).

Amenazas

La principal amenaza es la fragmentación del hábitat y la reducción de sitios de anidación y alimentación (Snyder et ál. 2000; López-Lanús y Salaman 2002; Rodríguez-Mahecha y Henández-Camacho 2002; Donegan 2006). La fragmentación se debe a la ampliación de la frontera agrícola y ganadera, lo que ha lleva-do a la reducción de la densidad poblacional de la palma de cera (Ceroxylon quindiuense), el prin-cipal sitio de anidación de Ognorhynchus icterotis y una de sus principales fuentes de alimento, excepto en San Luis de Cubarral, Meta (Murcia-Nova et ál. 2009). La palma de cera ha presenta- do una reducción de más de 50 % durante los pasados 210 años, debido a: 1) el corte de hojas para la celebración del Domingo de Ramos, 2) la tala de los tron-cos secos para la construcción de viviendas, corrales para animales, cercados y conductos de agua, 3) la incapacidad para regenerar-se en coberturas de pasto kikuyo (Pennisetum clandestinum) y zonas abiertas, 4) el pisoteo y con-sumo de plántulas por el gana-do, y 5) una tasa de crecimiento lenta (Collar et ál. 1992; López-Lanús y Salaman 2002; Galeano y Bernal 2005). Además en Roncesvalles (Tolima) se está presentando una enfermedad mortal que al parecer se debe a la acción conjunta de un escarabajo barrenador (Scolytidae), un gor-gojo (Curculionidae) y un hongo (Ceratocystis sp.) que causa la pudrición del estípite de la palma (Krabbe y Sornoza-Molina 1996; Rodríguez y Boa 2001; López-Lanús y Salaman 2002; Arango 2004; Galeano y Bernal 2005; Colorado et ál. 2006). En el Alto Quindío se está presentando un episodio de mortalidad de palmas de cera similar al que se presentó en el Tolima, pero se desconocen las causas (L. M. Renjifo com. pers. 2012). Una amenaza de menor grado es la captura de individuos de la especie para mascotas, el tráfico ilegal y la cacería (Krabbe y Sornoza-Molina 1996; Snyder et ál. 2000; Salaman et ál. 2006b; Murcia-Nova et ál. 2009; CITES 2010).

Foto: Mauricio Ossa

Medidas de conservación tomadas

Desde 1998 la Fundación ProAves con el apoyo de la Fundación Loro Parque, Zoologischen Gesells-chaft für Arten und Populationsschutz, American Bird Conservancy y la Sociedad Antioqueña de Ornitología, inició el “Proyecto Ognorhynchus” ó “Proyecto Loro Orejiamarillo” (López-Lanús et ál. 1999; López-Lanús y Salaman 2002; Sala-man et ál. 2006b). Esta iniciativa ha propiciado la conservación de la especie a través del estudio de su biología reproductiva, ecología, etología y bioacústica (Arango 2004; Flores 2006; Pacheco-Garzón y Losada-Prado 2006; Urrego 2007; Arenas 2010a), establecimiento de sus priorida-des de conservación (Velásquez-Tibatá y López-Arévalo 2006), desarrollo de programas en educación ambiental en la zonas de ocurrencia de la especie y nacionalmente a través del aula ambien-tal móvil Loro Bus (Salaman et ál. 2006c; Bautis-ta et ál. 2010), formación de semilleros y viveros para la reforestación del palmas de cera y especies consumidas por Ognorhynchus icterotis, construcción de nidos artificiales, reconocimiento de corredores biológicos y conformación de servidumbres ecológicas y áreas naturales protegidas (Salaman et ál. 2006d). Además, la Alianza para la Cero Extinción (AZE) ha incluido a O. icterotis dentro de las especies suramericanas que frente a su amenaza de extinción, requieren procesos de conservación (Ricketts et ál. 2005). Como mecanismo de protección legal que impidiese la deforestación y propiciara mecanismos de conservación de la palma de cera Ceroxylon quindiuense, el Congreso Nacional de la República promulgó la Ley 16 de 1985 donde se estableció a esta especie como árbol nacional de Colombia. Varias entidades gubernamentales, no gubernamentales y de la sociedad civil han adelantado la campaña “Reconcíliate con la Naturaleza”, que desde el 2002 promueve la conservación de la palma de cera y el Loro Orejiamarillo y fomenta el remplazo del tradicional ramo de palma de cera del Domingo de Ramos por el uso de palmas vivas de otras especies, como la iraca (Carludovica palmata), areca (Chrysali-docarpus lutescens) y alejandra (Archontophoenix alexandrae).
Dentro del principal rango de distribución de Ognorhynchus icterotis se encuentran las siguientes áreas protegidas: AICA Reservas Comu-nitarias de Roncesvalles, AICA Bosques Montanos del Sur de Antioquia, Reserva Natural de las Aves (RNA) Loro Orejiamarillo, RNA Loros Andinos, Reserva Natural Cuchilla Jardín-Támesis del Sis-tema Departamental de Áreas Protegidas (SIDAP) de Antioquia, y territorios pertenecientes a los Resguardos Indígenas Embera Chamí de Rio-sucio (Caldas) y Jardín y Andes (Antioquia). Finalmente, la especie se encuentra protegida del tráfico y comercio exterior a través del acuerdo internacional CITES Apéndice I.

Analisis de riesgo

Ognorhynchus icterotis fue una especie ampliamente distribuida en los Andes colombianos y muy abundante en la región central de la cordillera Central (Chapman 1917). En la primera década de este siglo se encontraron tres poblaciones que han sido objeto de acciones de conservación en cada una de las tres cordilleras, lo cual ha mejorado la situación en esas localidades. En la medida en que las condiciones de seguridad del país han mejorado, los investigadores han llegado a localidades anterior-mente inaccesibles y han permitido el hallazgo de poblaciones antes desconocidas, especialmente en la vertiente oriental de la cordillera Oriental en donde la especie no está estrechamente vinculada a las pal-mas del género Ceroxylon (O. Cortés, com. pers.). Igualmente, hay avistamientos recientes tanto hacia el sur como hacia el norte de la población que se encuentra en los límites entre Antioquia y Caldas. Dichos avis-tamientos han tenido lugar en Apía (Risaralda) y Carmen de Atrato (Cho-có) (O. Cortés com. pers.). En con-secuencia, la especie no solo ha mejorado en las poblaciones previamente conocidas en el Tolima, Antioquia-Caldas y Meta a causa de las medidas de conservación tomadas sino que los nuevos hallazgos indican la existencia de poblaciones antes desconocidas, lo cual ha reducido la vulnerabilidad de la especie. Las poblaciones de esta especie son meros relictos de una especie que contó con una amplia distribución y gran tamaño poblacional.

Yellow-eared parrot

The yellow-eared parrot (Ognorhynchus icterotis) is an endangered parrot of tropical America. It is found in the Andes of Colombia and, perhaps only formerly, Ecuador. It is closely associated with the wax palm Ceroxylon sp., which itself is endangered.

Range and habitat

The yellow-eared parrot nests and lives among wax palms in a few areas of Western and Central Cordillera of Colombia, where it inhabits cloud forests about 1800–3000 meters above sea level. It nests in the hollow trunks of the palms, usually 25–30 meters over the floor level. It also occurred very locally in northern Ecuador where wax palm grows. Its numbers have been greatly reduced, and only 81 individuals were recorded in the Colombian census of 1999. Their populations have been impacted by hunting and habitat destruction, particularly the harvesting of wax palm, which was traditionally cut down and used each year on Palm Sunday. There has been no confirmed record of this parrot from Ecuador since the mid-90s.

Description

It is a relatively large, long-tailed parrot, with an average length of 42 cm (17 in) and a weight of about 285 g (10.1 oz).[ It is overall green, with the underparts being paler, more lime green than the upperparts. The heavy beak and a ring of bare skin around the eyes are black. The origin of the common epithet «yellow-eared» derives from the yellow patch of feathers that extends from the forehead down to its cheeks and ear-coverts.

The yellow-eared parrot mates for life. Its main source of food is the fruits of the wax palm.

Conservation efforts

From 1998, Fundación ProAves with the support of Fundacion Loro Parque, American Bird Conservancy and CORANTIOQUIA have undertaken an intensive conservation project across Colombia that has led to one of Latin America’s most successful recoveries of an endangered bird. With protection and community support, the yellow-eared parrot population has climbed to over 1500 individuals by 2012.

Fuentes: Wikipedia/eBird/xeno-canto

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